Cada año, coincidiendo con el punto algido de la primavera aparece la flor más grande de Europa, la rosa salvaje destacando con colores y olores en pedrizas. Esta rosa salvaje, asociada a supersticiones y mitos relacionados con el paganismo y su influencia en la fertilidad, se le ha llamado «la flor del diablo» en algunas zonas de los Montes de Toledo. Sus intensos colores nos llevan a un mundo de explosión vegetal donde podemos encontrar pasisajes de gran belleza para la fotografía y curiosidades relacionadas con los insectos del bosque mediterráneo, en zonas suaves, muchos de ellos de gran rareza.